Me ha parecido muy interesante el artículo de Nuria pues es cierto que la música, junto con el juego, son los dos vehículos esenciales que mueven al niño en esta etapa tan especial y que nos lleva a los educadores a trabajarlos y aprovecharlos para lograr aquello que deseamos que consigan.
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Desde la música podemos trabajar cualquier área y cualquier contenido de dichas áreas. De esta manera fomentamos que el niño se conozca a sí mismo, adquiera hábitos correctos de salud e higiene, adquiera unas rutinas, conozca el medio físico y social que le rodea, conozca qué es la naturaleza y sus elementos, mantenga relaciones sociales, adquiera nociones matemáticas y lingüísticas, fomete su expresividad vocal y gestual y un larguísimo etcétera imposible de recoger.
Desde la música podemos trabajar cualquier área y cualquier contenido de dichas áreas. De esta manera fomentamos que el niño se conozca a sí mismo, adquiera hábitos correctos de salud e higiene, adquiera unas rutinas, conozca el medio físico y social que le rodea, conozca qué es la naturaleza y sus elementos, mantenga relaciones sociales, adquiera nociones matemáticas y lingüísticas, fomete su expresividad vocal y gestual y un larguísimo etcétera imposible de recoger.
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Esta es una etapa donde la atención de los niños es difícil de mantener si no es con la innovación y el cambio: la novedad, lo interesante, lo sorprendente. ¿Y qué mejor manera de consegurilo que empleando la música?Eso sí, no basta con tener un listado de canciones, hay que trabajarlas: adecuarlas a la edad y a los objetivos perseguidos, hacerlas atrayentes con gestos, marionetas, dibujos y pequeñas representaciones, entonarlas corectamente y respetar el ritmo, la intensidad y los intervalos de silencio. Todo ello contribuye a crear un ambiente idóneo para un aprendizaje con poco esfuerzo por parte de ellos, pues facilita el proceso de interiorización: cuanto más real, cercano y llamativo mayores facilidades para ellos ....y un gran esfuerzo y sacrificio para nosotros. Pero para ello está nuestra vocación y nuestro afán de autosuperación: ser cada día mejores maestros porque ellos nos necesitan.
Esta es una etapa donde la atención de los niños es difícil de mantener si no es con la innovación y el cambio: la novedad, lo interesante, lo sorprendente. ¿Y qué mejor manera de consegurilo que empleando la música?Eso sí, no basta con tener un listado de canciones, hay que trabajarlas: adecuarlas a la edad y a los objetivos perseguidos, hacerlas atrayentes con gestos, marionetas, dibujos y pequeñas representaciones, entonarlas corectamente y respetar el ritmo, la intensidad y los intervalos de silencio. Todo ello contribuye a crear un ambiente idóneo para un aprendizaje con poco esfuerzo por parte de ellos, pues facilita el proceso de interiorización: cuanto más real, cercano y llamativo mayores facilidades para ellos ....y un gran esfuerzo y sacrificio para nosotros. Pero para ello está nuestra vocación y nuestro afán de autosuperación: ser cada día mejores maestros porque ellos nos necesitan.
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